jueves, 23 de abril de 2015

El rol de las editoriales independientes de cara a los retos del siglo XXI


Parte de este artículo fue leído en el foro: El rol de las editoriales independientes de cara a los retos del siglo XXI, el martes 21 de abril de 2015 en la Universidad Francisco Gavidia, lo compartimos en su totalidad.



Cuando se nos planteó el tema de este foro: El rol de las editoriales independientes de cara a los retos del siglo XXI, barajeamos numerosas disyuntivas, desde cuestiones de mercadeo como distribución y venta hasta el proceso de digitalización del libro y la aparición de los ebooks (libros electrónicos). En fin, cuestiones básicas que sin embargo hacen mella. Para nadie en el mundo editorial es un secreto que el libro electrónico marca un nuevo rumbo. En la Unión Europea, por ejemplo, se ha estandarizado un IVA reducido a los libros electrónicos de un 5,5% (con la excepción de Italia del 4%)1, esto supone una ventaja para los consumidores pero a su vez un reto para las editoriales de libros impresos, más aún para las editoriales independientes que han visto mermadas sus ganancias, exceptuando Francia, donde el mercado del libro impreso sigue gozando de buena salud. Esta realidad aún no se traduce a nuestra región, al menos no de forma tan contundente como en los países más industrializados, aunque editoriales como F&G Editores en Guatemala y Editorial Costa Rica ya movilizan sus ebooks a través de Amazon. Hasta este punto existe una verdad clara: el libro electrónico vino para quedarse. De nada serviría ponernos nostálgicos y hacer ver que ningún gadget sustituye el olor de un libro recién abierto, el sonido de las páginas, su peso… La realidad es una: se llama modernización.

Hace algún tiempo escribí sobre las redes sociales y el papel que juegan para crear  mercado: […] facebook, twitter, blogger son excelentes medios de difusión, son una forma eficaz de mostrar lo que se está haciendo, de llegar a miles de personas que años antes eran impensables, ¿se puede entonces obviar esa realidad? La respuesta es incuestionable: NO, ¿pero en un país donde se edita mucho y  se lee poco es válida la existencia de editoriales? SÍ, y estos medios electrónicos son la clave, son la forma de sensibilizar y de familiarizar a las personas con los libros o ebooks,  cual sea el caso, y, por tanto, crear un mercado editorial2. Pero mercado se traduce en ventas y este es un punto muy sensible. Ninguna editorial que se haga llamar INDEPENDIENTE, en el estricto sentido de la palabra, vive de regalías de terceros. Hablamos de una realidad imperante, que desplaza aun a otras necesidades: instinto de supervivencia, que en nuestro caso se traduce en vender más para publicar más. Hace 5 años cuando fundamos Editorial EquiZZero nacíamos con el propósito de promover a poetas jóvenes del área centroamericana, sin que la publicación significara ningún coste para el autor, incluso la editorial corría con cada uno de los gastos y entregaba el 30% del total de libros publicados al poeta en cuestión. En ese entonces sólo contábamos con una vieja máquina fotocopiadora y una engrapadora aun más vieja. Empezamos haciendo tirajes pequeños de 50 a 100 plaquettes, en un inicio el proyecto fue autosostenible e incluso generaba ganancias para financiar publicaciones posteriores. Entonces decidimos pasar a la edición, publicación y promoción de libros como tal, LIBROS, ya no plaquettes. La ecuación era sencilla, de proporcionalidad directa: a mayor cantidad de páginas mayores costos, aquello también suponía un tiraje mucho mayor, una difusión más amplia y espacios de venta más formales.  Nos  volvimos insostenibles y  creamos Alfil Editores, una filial de Editorial EquiZZero que trabajaba maquilando libros, en otras palabras: nos contrataban para publicar lo que fuera, de ahí la necesidad de crear un nuevo sello, uno desligado de nuestra línea editorial y que no comprometiera esa independencia y libertad de escoger como editores lo que a nuestro ver era publicable. Esas contrataciones financiaban y financian cada uno de nuestros libros.

Un gran pensador inglés dijo que “la verdadera universidad hoy día son los libros”, y esta verdad, a pesar del desarrollo que moderadamente han tenido las instituciones docentes, es en la actualidad más cierta que nunca. Nada aprende mejor el hombre que lo que aprende por sí mismo, lo que le exige un esfuerzo personal de búsqueda y asimilación… Y esto señores es una verdad incuestionable. La frase pertenece al Propósito con que fue concebido cada uno de los tomos de la famosa colección de libros Clásicos Universales, de la editorial Norteamérica Grolier, mejor conocidos como “Los Clásicos Jackson”. La traigo a cuenta porque a mi parecer, y he aquí el tema central de mi intervención, el principal reto para las editoriales independientes en el siglo XXI no se llama mercado, ni tecnología, mucho menos distribución, se llama FALTA DE LECTURA. Cada editorial (independiente o no) responde a un propósito, a una línea, a una política, a un objetivo, y quien diga que su interés no es obtener ganancias miente, miente descaradamente. Cada uno de nosotros busca a su modo obtener mayores ingresos, la pregunta clave es la siguiente: ¿Mayores ingresos para qué? Hay quien habrá encontrado en este trabajo una parcela para su propio beneficio, un negocio, un medio de subsistencia, pero habrán otros quienes vean en esto un pequeño socialismo,  una forma de aportar, una forma de llenar esos espacios, una forma de sensibilizar y un forma de solidarizarse, en Editorial EquiZZero, queremos creer pertenecemos a estos últimos. Nuestra política sigue siendo la misma desde su fundación: literatura a bajo costo. El precio de un producto, una mercancía, un libro está determinado, como diría Marx, por el tiempo socialmente necesario para producirlo, pero también por la presencia o no de intermediarios (llámese librerías o distribuidores), el coste de inversión y si el libro es producido o no por el editor.  Cuando un libro pasa de las manos del editor al lector de manera directa los costos disminuyen. El precio puede ser fijado por el editor y esto supone una ventaja para el lector que puede adquirir un producto a bajo costo. Por eso insisto que el mercado no es un reto. Cada editorial responde a un propósito: obtener ganancias para beneficios individuales o para seguir aportando (publicando), el propósito podrá ser el mismo pero los objetivos son distintos.

Hay quien ha señalado que […] internet es un arma muy poderosa en manos de la generación más estúpida de la historia… Y discúlpenme la contradicción: la tecnología, los teléfonos inteligentes y las redes sociales han venido a desplazar esa esencia de seres gregarios que la naturaleza tardó miles de años en forjar para nuestro beneficio como especie. Las redes sociales simplificaron el mundo, acortaron distancias pero a su vez embrutecieron a las masas y las alejaron de ese  esfuerzo personal de búsqueda y asimilación…  Pero como mencioné anteriormente esto tampoco supone una desventaja, la clave consiste en transformar esos patrones, servirse de ellos como medios de sensibilización y familiarización con la literatura. Blogger, Fecebook y los ebooks son la clave, si logramos esa transformación, si logramos que más y más personas se interesen por la lectura habremos hecho mucho. Por ello insisto, el principal reto para las editoriales independientes en el siglo XXI se llama LECTURA.

Omar A. Chávez
Editor de Editorial EquiZZero



1 http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/05/actualidad/1425556405_157290.html
2 http://equizzero.blogspot.com/2012/04/las-editoriales-independientes-y-los.html

sábado, 4 de abril de 2015

Letargo de caricias, José Gabriel Quintanilla, Editorial EquiZZero, 2015.



Sencillez, síntesis, entrega, son algunos de los adjetivos que podrían definir Letargo de caricias, del poeta José Gabriel Quintanilla, uno de los libros ganadores del Cuarto Certamen de Poesía Ipso Facto 2014.


De manera que quien pretenda encontrar un despliegue de poemas pretenciosos, imágenes explosivas, versos avasalladores, se topará con un libro pensado desde lo más profundo del ser, un libro simple en su estructura y temática, y no por eso menos serio que otros, un libro sin complicaciones ni dificultades, sin abusos ni excesos, un libro que se deja leer sin remordimientos de principio a fin. 

Omar A. Chávez


Selección poética




[Ese silencio que corroe estas paredes…]

Ese silencio que corroe estas paredes,
esta casa que adormece en sus siglos
vos que te apartas en la sombra,
que miras oculta como la noche,
y vuelves en marzo
y vuelven las amontonadas de otros tiempos
 y te quedas como queriendo arrancar ese silencio
que corroe estas paredes
como queriendo callar estas manos que gritan  tu nombre,
vuelves en estos pasos distantes
y te quedas en un gemir de grietas,
en un crujir de sombras,
y te quedas oculta como la noche
como esas palabras
en el espejo
como esa mirada en esos gatos,
y te quedas ahogando las estrellas
como esperando otros marzos
de otros años,
de otros siglos,
de otras vidas
para dejar tus besos en esa sombra.




[El tiempo…]

El tiempo,
el silencio,
la vida
         una palabra sin prisa.
marzo se pierde con tu sombra.




[Este camino le ha dado la vuelta a medio siglo...]

Este camino le ha dado la vuelta a medio siglo
y todavía no alcanza tus pasos.




[Tres a.m.]

Tres a.m.
           el mundo cabe en el ladrar de un perro.




[Ya nada es igual los años pierden su ritmo…]

 Ya nada es igual los años pierden su ritmo
                                 a veces la lluvia se los lleva
                                                             callados
                                                             como las manos de los muertos.




[Todo tiene coherencia…]

Todo tiene coherencia:
esta historia,
este jardín que se muere en tus manos,
este libro que no termino de leer,
esa tumba sin muertos
y esta vida que no me deja de joder.
Todo tiene coherencia:
esos años como maletas de alquiler,
como noche sin dormir
y vuelve esta historia
como marzo sin estrenar,
y vuelven tus caricias
con ganas de gemir.
Todo tiene coherencia
y esta historia no termina de pasar.




[Conozco ese silencio y todos sus rincones…]

Conozco ese silencio y todos sus rincones
y esos años entrando por la ventana
y el aullido del cadejo
y la muerte colgando de la luna
conozco tu silencio en ese túnel de la vida
conozco tus pasos por esas calles
sin moteles
con ese andar de gato triste
con ese trote de perro sin dueño
conozco este silencio y esta casa sin dormir





José Gabriel Quintanilla


San Gerardo, San Miguel, 1977. Poeta, Abogado y Notario. Licenciado en Ciencias Jurídicas por la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC) en 2005.

Parte de su trabajo se puede apreciar en Arte Poética, también ha publicado en Suplemento Cultural Tres Mil de Diario Colatino, entre otros.

Ha publicado los libros: Retazos de ausencia (poesía, 2000), Callada como la oscuridad (poesía 2007), A la espera del tiempo (poesía, 2007), Con la tarde bajo el brazo (poesía 2009).

viernes, 3 de abril de 2015

Levedad de voz, Diana Castro, Editorial EquiZZero, 2015.




Acaso porque la poesía es intemporal y es esa esencia que la resguarda la misma que se traduce en imágenes concretas, palabras que perduran, versos que nos marcan. Así la poeta Diana Castro, una de las ganadoras del Cuarto Certamen de Poesía Ipso Facto 2014, con su libro Levedad de voz nos hace partícipes de esa nueva era, esas voces que anuncian tiempos mejores ante una sociedad cada día más inhumana.

Levedad de voz es esa rebeldía primigenia con la que muchos  sueñan y que Diana ha sabido catapultar con habilidad, una propuesta y protesta que se vale de sus propios códigos y matices (ruptura, supresión y mezcla de la puntuación en un mismo poema, cortes disimiles de los versos) y del cual el jurado dijo: libro único y absorbente que declara y anuncia el buen momento del que goza la poesía joven salvadoreña en la actualidad. Aquí está Diana.

Omar A. Chávez



Selección poética 



El golpe en el escapulario

Se definió un viernes que la muerte
no es sino la interrupción de mi
irrupción en el acto de Semana Santa
en la escuelita de monjas y de flores.
Con las alas mal puestas uno se emociona
y se pone a pensar en la cara de alegría
que se debe poner cuando la niña disfrazada
de Jesús salía de la cueva con la barba y los
brazos esbozados
no sabía nada de calvarios, no sabia
de qué estaba hecha la cruz ni los lamentos
sabia de mi traje de ángel blanco y de mis
manos que temblaban porque ya tocaba salir
y hacer como que se volaba y se regocijaba
escondí mi cuerpo detrás de una sábana que
hacía de sepulcro.
Mire al fondo de la puerta de la escuela.
Eran los zapatos pequeñitos de mi hermana.
eran los zapatos grandes de mi vecina.
Vinieron por mi esos zapatos, esos que reconocí
y que era lo único que alcanzaba a ver escondida
en el sepulcro esperando mi intervención angelical.
No pude volar. Me soltaron las alas y me llevaron
en pleno viernes santo
antes de todo.

¡Ah, la santa  voluntad de los abuelos!




Auto satisfacción

Una mosca posando en un vientre blanco y terso
Sin ningún tipo de guardaespaldas





Un tango viejo

Sin dejar de lado la lluvia camino
y me sorprende la marca del llanto
que con todo y mis arañas en el pelo
no le temo al leve paso de las horas.
Con un ramo de rosas amarillas a las 5
de la tarde en mi mesita de escuchar
la sombra del trágico rocío envenado,
ahí estoy sin más ni menos
no pido amores.




Concertación

¿Qué será de todos esos besos
Entre comas y paréntesis
Que se han de morir incrustados
En estas últimas páginas solas?

¿Qué será del absurdo de las risas
Que le ha causado mi desvelo
A ese corazón que no comprende
De rituales?

¿Qué será de los relojes que murieron
De trabajo y de polvo?¿Qué será,
Entonces de mi tiempo, que no vive
Sin mí?

¿Qué será y que no será de todas estas
Venas que me acusan de cobarde?
Mientras que también custodian
Mis noches, pulsando
Y pulsando como trueno

¿Qué será de estos párrafos sin dientes
Que pretenden sin piedad
Derrumbarte
Atacarte
A ti, que no  escuchas.




Velación

Y algunos dirán que no pude aceptar algo de la vida
cuando se persignen frente a mis preciosa ojeras.
Dirían que no quise al vicio restarle el tiempo
para convertirlo en costumbre... cuando los pies
se me atascaron en el barro.
-No, en el abismo-

Soñar es inadmisible para los que viven, solo los
que viven sobre cuerda floja, navegando, riendo,
comiendo, pudiendo clavar vuestro diente ancestro
en el cuello de los lobos sueños.
-No, los días-

Quizá también piensen que las ramas en mis dedos
fueron fruto de la codicia y del tiempo vacío.
Y en efecto un poco de los dos. Sin embargo, pesan
mucho más las alas sobre clavicornios inconexos,
de las gordas sirenas en este mar de negrituras asesinas,
en este poblado desinfierno de las madrugadas, donde
no hay retorno que valga la santísima herida en el
pecho...

Muchos murmuran que el abismo de la locura
esta, de ésta locura, (sólo) puede comprenderse
desde la quietud, la algarabía mocosa de doña
coherencia, esa cínica que empaña los muros jamás
pintados, oh toda esa maldad blanca, gentes con
zapatillas limpias, ropas completas, esos ojos que
parecen pozos y a ratos aparadores.
Esa falsa sanidad como cuchillo de óxido envainado

Dirán que he sido una bestia,
alguien que enhebró un pájaro en las tripas de la
serpiente, alguien que jamás durmió planeando
morir de atrevimiento, una dromedaria
a ratos cabalgando la luna por venganza.
-No, justicia-
Si supieran que la sangre de un cometa puede
redimir ciertos achaques funerarios.




Querer

Desgarrando fuertemente el
Amor ajeno con mis ojos y mis uñas que no pueden solas
El golpe en la boca me corroe y ya no puedo más en esta esquina
Del amor que no tengo
Mientras la pared se mueve y se sonroja
Mis pies se tornan remolinos y se enlazan como si fueran
A dejarme sola.
En los próximos instantes mil zumbidos viajan por espacios entre vientres
Quiero pelear quiero luchar, quitar vengar lo que deseaba para mi
Y que no es precisamente de dominio público
Quiero decirle a los de enfrente que tengan un poco de conciencia
Que se vayan porque mis ojos y mis uñas son capaces de asfixiar

la saliva dulce como delito del amor ajeno.







Diana Carolina Castro Mendoza



San Salvador, 10 de febrero de 1991. Estudió licenciatura en Letras de la Universidad de El Salvador. Participó de cursos de actuación y puestas en escena, con la compañía de Teatro Razamaya hasta el 2014. Formó parte de talleres literarios en la UES, desde 2009 a 2012. Algunos de sus textos han sido publicados en sitios electrónicos. La mayoría de su obra permanece inédita.