domingo, 13 de mayo de 2012

"El León Negro", Editorial EquiZZero, 2010.




Bajo el título de El León Negro, el joven poeta Gabriel Alvarado se aventura dentro del collage literario y el contrapunto para ofrecernos una narrativa que podríamos calificar como novedosa. Con un discurso cargado de enorme fuerza y agresividad el protagonista nos narra sus propias experiencias, en las que lo real  y lo fantástico  se funden al unísono para formar un tercer plano totalmente distinto e intemporal. Por tal razón, no debe extrañarnos que ciertos pasajes de El León Negro nos remitan a Los Campos Magnéticos de André Bretón. La simultaneidad del lenguaje, los saltos en el tiempo, los juegos de palabras, la violencia y la lujuria son sólo parte de lo que se nos ofrece en este breve relato que, por sus misma extensión y características, no podríamos calificar como novela, para ello, el autor introduce el concepto de novelight que sin duda responde a sus propios intereses y calamidades.


 Omar A. Chávez 


El León Negro fue la segunda publicación de Editorial EquiZZero, con él se abría la colección Suburbia, para narrativa. Presentamos unos fragmentos del libro. 




Selección de textos


Fragmento tomado del capítulo: "El cisne"



"Ahora querrás la verdad, la verdad para mí es lo más triste, tiene pelos y huesos de chacal. La primera vez que espié a una mujer desnuda Padre me descubrió; vagina de yegua, vulva bigotona. La verdad estoy enfermo, y el cisne me devora como los mandriles a los flamencos, el día embaraza a la noche y nace el sueño. Él descansó al séptimo día. Yo, a la séptima hora. Aquí termina la primera parte, quedan pendientes trescientos treinta y tres. Al final una florifundia flotando sobre el éter."


Fragmentos tomados del capítulo: "El mastodonte"

"Vestido de smoking híperfumado te prostituyes en la calle, te vendes a la noche como un par de zanahorias, lombrices o tullidos tubérculos, esquinas, policías y cuchilladas. Sólo Vincent Van Gogh conoce la noche y sus matices; cortarme un dedo y comérmelo a pedacitos; ánimas del cementerio, Mar del Néctar, Mar de la Tranquilidad, topo lunar. El vodka me chorrea las orejas. Desde lo azul risas diamantes, el ojo de Horus, las cucas en mi cama, Ibis escarlata. La cárcel sólo Alexander Solzhenitsin la entiende; los fantasmas de Mariona son gatos y bailan como duendes.

— Antes  aquí  había mucha  magia  negra, sacrificios
     animales  y  humanos, yo  era jefe  de un ala  en  el    
     sector tres de penados, en la noche pasaba un viento
     con rezos satánicos

Esto me lo dijo Morris, era traficante y asesinó a tres — dieciséis años cuadrados —, le gustaban los Beatles y Samael Aun Weor, tenía a la diosa Hécate tatuada en el brazo izquierdo, con cuernos, en bikini y con sombrero. Era un killer, era un ranflero, era mi amigo. Ahí conocí a Dios, la luz de las criaturas submarinas, las vergas de veinte y la libertad de las libélulas."


"Sobre la diabólica autopista al aeropuerto, en la década perdida del ochenta, todas las mañanas pasaba un camión recorriendo los cadáveres torturados y decapitados por los Escuadrones de la Muerte. El monumento al Cristo de la Paz era el primer peaje y la carretera a los Planes de Renderos barrancos y zacatales. Mi hermano mayor, Abel, siempre encontraba pisto y chibolas. A finales del setenta y ocho una gringa fue secuestrada, violada y asesinada, la pasaron tirando y rodó hasta la colonia — entonces sólo había unas casas —. Vestido blanco con dibujos ácidos y enormes botas hasta la rodilla, por las noches, en la polvorienta calle del pasaje, en los patios y en las gradas, taconazos retumbaban. ¡Era la Botuda!, buscando la última Cosmopolitan, queriendo fumar marihuana y comer carne. Karma de ojos verdes y cabello rubio; morir de un balazo en la nuca, sin dientes, con la boca reventada, en harapos, sin calzón, la vagina desangrada, el ano desgarrado. ¿Qué habrá pensado cuando le agarraron a patadas el estómago y las nalgas? Los brazos mallugados, los pezones cortados. País de mierda ¡Mother Fucker! Gringa botuda, llorona de exportación, espantar en una quebrada tan lejos de Michigan"





 
Poeta, artista plástico autodidacta y psicólogo  graduado de la      Universidad Tecnológica de El    Salvador (UTEC). Nace el 24 de    diciembre de 1979 en San Salvador. Hijo de Ángel Alvarado y Berta   Córdova.
 
Formó parte del Taller literario de la UTEC y fue miembro fundador del Taller  Literario Letramorfosis. Ha sido jurado de los juegos florales de poesía en Morazán en 2008; además,  tuvo a su  cargo la sección cultural de la revista RELICARTE en 2009. Actualmente es miembro del grupo de teatro    experimental Kaligary y miembro de la Asociación de Escritores Centro Americanos y del Foro Permanente de Escritores Salvadoreños.

Entre su obra tenemos: Planta Carnívora (poesía,2005), Poemas a tu Ausencia (Poesía,2006) y Ella fuma de la   especial (Cuento, 2009), todos  inéditos.

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