domingo, 4 de marzo de 2018

Alturas de Wall Street, Editorial EquiZZero, 2018.




Matheus Kar forma parte de esa nueva generación de poetas guatemaltecos de posguerra, es decir, aquellos nacidos a partir de los noventa, quizás una de las generaciones más prolíficas y, a su vez, más inconformes con su quehacer poético, una generación de jóvenes que se abre paso a posibilidades y formas que solo la literatura puede entender y otorgar con tanta plasticidad, pero que al mismo tiempo plantea un nuevo reto: la renovación, y si existe una palabra que defina a Alturas de Wall Street, libro seleccionado en el VII Certamen de Poesía Ipso Facto 2017, es eso: la renovación, pero Alturas de Wall Strert también va más allá, porque la tesis Matheus Kar no solo es la transformación del lenguaje a partir de la cotidianidad, sino la  escudriñar la naturaleza humana desde sus propias raíces y mostrarla al mundo, más que como una mercancía de consumo, como un producto imperecedero que existe, sufre y ama.

Sobre Alturas de Wall Street  el jurado dijo al respecto: “Por su sentimiento claro en relación con el tema que trata y su solvente versificación. Porque explora con éxito, manteniendo la unidad del poemario, la naturaleza del sistema y el capital a través de imágenes del paisaje urbano y nuestras costumbres alienadas y víctimas del sistema, concluyendo en el rechazo a todo esto”.

Hoy como Editorial EquiZZero nos sentimos orgullos de presentar un nuevo libro, un nuevo integrante de nuestra familia, hace diez años nacíamos con el propósito de promover la literatura escrita por jóvenes centroamericanos, y ahora con Alturas de Wall Street reafirmamos ese propósito.


Omar A. Chávez
Editor de  EquiZZEro




Selección poética





I



de calle a calle
respirando la incontenible soledad del tráfico
con la mano al volante
la retórica de las ofertas del supermercado
y la telarañas de señales de tránsito
en las uñas del crepúsculo
iluminan los bulevares donde los sueños se incineran

días de águilas negras y calendarios percudidos
más fugaces que una epidemia
alzan sus alas con el mundo entre su pico
y cuando el sol ya no es sol sino ceguera
y el vientre se aferra a las nubes de cigarro
el día desde un edificio se lanza al suelo

y su caída envuelta en el resplandor de las fotos
como una guinda que parte el viento
una baraja repartida sobre el fuego extendido
de los bastos y los oros
en las sotas y los reyes
cayendo sobre el nopal metálico de su propio espejo
desgajándose
impactando
como un panal vidrioso en las aspas de concreto




IV


sube conmigo cazador de productos en oferta
morderás el anzuelo del oro verde
el amargo fruto de los hombres sin corona
acerca tu rostro entre las rejas
y ve el abrasador baile de la libertad condicionada

ven entre las garras de la carne y los pétalos de las cruces en los ojos
entre la resurrección y el cadáver del deseo
donde el corazón no es alas ni estambre
y es tan frágil como endeble
donde las raíces de los árboles suben
por las acaloradas sombras dinamitadas de las hormonas
y mueven las atracciones como pequeños burdeles
en la tormenta de fotogramas repetidos

ven al justo momento
donde la tierra extiende su mano
para atrapar el semen del relámpago y el cielo
y su semilla se abre
como la puerta de un auto frente a unos tacones con nylon
o como una bombilla
que se enciende repentinamente en las profundidades de la noche
no toques los alambres erizados del tiempo
muévete de reflejo en reflejo hasta ser solo marea invisible
entre los escombros de madrid ámsterdam y roma
donde hay una galería de voces que no pertenece a ningún tiempo
donde cézanne breton y el fantasma de parís recorren europa

sumerjamos nuestra cubeta silenciosa en el cadáver del orden vivo
sin polea sin fuerzas
—     ¡no importa!
pero ascendamos de las grietas como un horizonte invertebrado
que camina ciego
en una catedral de sombras envuelta en misterio
donde el verano la primavera el invierno y el otoño
son hermanos de un presente dormido

ven a caer a un río de latas vacías escupidas por los coches
a un mar de tacones y ninfas con nylon de un orden invisible
a los pensamientos de la sombra
y a las esculturales curvas del peligro
no ¡no hay salida!
todo es caer en un ascenso divino
en las piernas que rodean las curvas de los tubos aceitados




VIII


desprendámonos de las alturas vacías y de vacío en vacío
conquistemos las praderas derramadas
en la estatua frutal de nuestro rostro antes del tiempo
de las voces muertas y civilizaciones momificadas

saquemos de la virgen grieta
la antorcha encendida del camino que ignoramos

la lengua entumecida saltará del diván al mundo
y de dolor en dolor imán de imanes
la noche envolverá al igual que un collar de perlas
la trémula voz de nuestro dolor fermentado

y bajo el brindis roto de la noche
la catarata de estrellas de tv
abrirá su carne sin linaje sin pueblo sin lengua sin nación
y será como un libro escrito por dentro y por fuera
tendrá dos sombras y no estará ni cerrado ni abierto
y donde los goces desglosados no serán sino lagrimas
y  todo aliento no será una palmada en el hombro
sino una paloma que se precipita desde las alturas
a enterrar el pico en la tierra


todos los días son este día
todas las sombras esta sombra
todas las penas esta pena
son los miles de ojos
las miles de lenguas
las miles de voces
los miles de huracanes
quienes nos nombran diferente




diario


la juventud me cincela
no sé en qué orilla en qué naufragio
pero en toda mi consciencia

la insólita página de 1920
apareció en la playa
escondida entre juguetes
juguetes inocentes que toman forma en la mano de los niños:

1)    deseos de reír por instinto
2)    uno o dos charcos donde me volví caballero
     se están derritiendo

reloj            contabilidad de culpas y castigos
silencioso orada hiere y desgasta la mirada
el día se da cuerda
si la rutina lo permite
la vida se lubrica en los engranajes del cuerpo




dublín 1965


el terremoto industrial rajó las presas
despertó a los ríos de su extraño sueño

a la ciudad se le cayeron los tornillos
el mar fue una turba donde la playa naufragó

un vikingo pálido luminoso hace señales
—     esperamos a beckett
lo han visto en the pavillon
dos niños que jugaban con el viento

¿qué utilidad tendrán los hijos? pregunta poldito bloom
Consulta de diez caballos de fuerza
redimir los pecados del padre

sísifo cuesta arriba empujando una carreta de naranjas
y una color naranja se cae
roda a media calle
otra se tropieza
los pocos árboles laten una mañana que no volverá
pero es igual a otra a la misma hora
una calle y otra unen apenas uno o dos días reflexivos
y la luna emerge con la noche entre los dientes

dublín se quita el sombrero
el director dice ¡basta! que cambien la cinta
y rueden otra escena
dublín se dilata
su arquitectura permanece en reposo

el chico del macintosh
(el viejo fantasma de la poesía)
pasa entre macken street y el samuel beckett bridge





MATHEUS KAR, Guatemala, 1994. Fundador y miembro único del Colectivo Bartleby. Entre los reconocimientos destacan el II Certamen Nacional de Narrativa y Poesía "Canto de Golondrinas" 2015, el Premio Luis Cardoza y Aragón (2016), organizado en Antigua Guatemala, el Premio Editorial Universitaria "Manuel José Arce" (2016), el Premio Nacional de Poesía “Luz Méndez de la Vega” y Accésit del Premio Ipso Facto 2017. Su trabajo se dispersa en  antologías, revistas, fanzines y blogs de todo el radio. Ha publicado Asubhã (poesía; Editorial Universitaria, 2016