Parte de este artículo fue leído en el foro: El rol de las editoriales independientes de cara a los retos del siglo XXI, el martes 21 de abril de 2015 en la Universidad Francisco Gavidia, lo compartimos en su totalidad.
Cuando se nos planteó el tema de este foro: El rol de las editoriales independientes de cara a los retos del siglo XXI, barajeamos numerosas disyuntivas, desde cuestiones de mercadeo como distribución y venta hasta el proceso de digitalización del libro y la aparición de los ebooks (libros electrónicos). En fin, cuestiones básicas que sin embargo hacen mella. Para nadie en el mundo editorial es un secreto que el libro electrónico marca un nuevo rumbo. En la Unión Europea, por ejemplo, se ha estandarizado un IVA reducido a los libros electrónicos de un 5,5% (con la excepción de Italia del 4%)1, esto supone una ventaja para los consumidores pero a su vez un reto para las editoriales de libros impresos, más aún para las editoriales independientes que han visto mermadas sus ganancias, exceptuando Francia, donde el mercado del libro impreso sigue gozando de buena salud. Esta realidad aún no se traduce a nuestra región, al menos no de forma tan contundente como en los países más industrializados, aunque editoriales como F&G Editores en Guatemala y Editorial Costa Rica ya movilizan sus ebooks a través de Amazon. Hasta este punto existe una verdad clara: el libro electrónico vino para quedarse. De nada serviría ponernos nostálgicos y hacer ver que ningún gadget sustituye el olor de un libro recién abierto, el sonido de las páginas, su peso… La realidad es una: se llama modernización.
Hace algún tiempo escribí sobre las
redes sociales y el papel que juegan para crear
mercado: […] facebook, twitter,
blogger son excelentes medios de difusión, son una forma eficaz de mostrar lo
que se está haciendo, de llegar a miles de personas que años antes eran
impensables, ¿se puede entonces obviar esa realidad? La respuesta es
incuestionable: NO, ¿pero en un país donde se edita mucho y se lee poco es válida la existencia de
editoriales? SÍ, y estos medios electrónicos son la clave, son la forma de sensibilizar
y de familiarizar a las personas con los libros o ebooks,
cual sea el caso, y, por tanto, crear un mercado editorial2.
Pero mercado se traduce en ventas y este es un punto muy sensible. Ninguna
editorial que se haga llamar INDEPENDIENTE, en el estricto sentido de la
palabra, vive de regalías de terceros. Hablamos de una realidad imperante, que
desplaza aun a otras necesidades: instinto de supervivencia, que en nuestro
caso se traduce en vender más para
publicar más. Hace 5 años cuando fundamos Editorial EquiZZero nacíamos
con el propósito de promover a poetas jóvenes del área centroamericana, sin que
la publicación significara ningún coste para el autor, incluso la editorial
corría con cada uno de los gastos y entregaba el 30% del total de libros
publicados al poeta en cuestión. En ese entonces sólo contábamos con una vieja
máquina fotocopiadora y una engrapadora aun más vieja. Empezamos haciendo
tirajes pequeños de 50 a 100 plaquettes, en un inicio el proyecto fue autosostenible
e incluso generaba ganancias para financiar publicaciones posteriores.
Entonces decidimos pasar a la edición, publicación y promoción de libros como
tal, LIBROS, ya no plaquettes. La ecuación era sencilla, de proporcionalidad
directa: a mayor cantidad de páginas mayores costos, aquello también suponía un
tiraje mucho mayor, una
difusión más amplia y espacios de venta más formales. Nos
volvimos insostenibles y creamos Alfil Editores, una filial de Editorial EquiZZero que trabajaba maquilando libros, en otras palabras: nos
contrataban para publicar lo que fuera, de ahí la necesidad de crear un nuevo
sello, uno desligado de nuestra línea editorial y que no comprometiera esa
independencia y libertad de escoger como editores lo que a nuestro ver era
publicable. Esas contrataciones financiaban y financian cada uno de nuestros
libros.
Un
gran pensador inglés dijo que “la verdadera universidad hoy día son los
libros”, y esta verdad, a pesar del desarrollo que moderadamente han tenido las
instituciones docentes, es en la actualidad más cierta que nunca. Nada aprende
mejor el hombre que lo que aprende por sí mismo, lo que le exige un esfuerzo
personal de búsqueda y asimilación… Y esto señores es una verdad
incuestionable. La frase pertenece al Propósito con que fue concebido cada uno
de los tomos de la famosa colección de libros Clásicos Universales, de la editorial Norteamérica Grolier, mejor
conocidos como “Los Clásicos Jackson”. La traigo a cuenta porque a mi parecer,
y he aquí el tema central de mi intervención, el principal reto para las
editoriales independientes en el siglo XXI no se llama mercado, ni tecnología,
mucho menos distribución, se llama FALTA DE LECTURA. Cada editorial (independiente
o no) responde a un propósito, a una línea, a una política, a un objetivo, y
quien diga que su interés no es obtener ganancias miente, miente
descaradamente. Cada uno de nosotros busca a su modo obtener mayores
ingresos, la pregunta clave es la siguiente: ¿Mayores ingresos para qué? Hay
quien habrá encontrado en este trabajo una parcela para su propio beneficio, un
negocio, un medio de subsistencia, pero habrán otros quienes vean en esto un
pequeño socialismo, una forma de
aportar, una forma de llenar esos espacios, una forma de sensibilizar y un
forma de solidarizarse, en Editorial EquiZZero, queremos creer pertenecemos a
estos últimos. Nuestra política sigue siendo la misma desde su fundación:
literatura a bajo costo. El precio de un producto, una mercancía, un libro está determinado, como diría Marx, por el tiempo socialmente necesario para
producirlo, pero también por la presencia o no de intermediarios (llámese
librerías o distribuidores), el coste de inversión y si el libro es producido o
no por el editor. Cuando un libro pasa
de las manos del editor al lector de manera directa los costos disminuyen. El
precio puede ser fijado por el editor y esto supone una ventaja para el lector que
puede adquirir un producto a bajo costo. Por eso insisto que el mercado no es
un reto. Cada editorial responde a un propósito: obtener ganancias para
beneficios individuales o para seguir aportando (publicando), el propósito
podrá ser el mismo pero los objetivos son distintos.
Hay quien ha señalado que […] internet
es un arma muy poderosa en manos de la generación más estúpida de la historia…
Y discúlpenme la contradicción: la tecnología, los teléfonos inteligentes y las
redes sociales han venido a desplazar esa esencia de seres gregarios que la
naturaleza tardó miles de años en forjar para nuestro beneficio como especie. Las
redes sociales simplificaron el mundo, acortaron distancias pero a su vez embrutecieron
a las masas y las alejaron de ese esfuerzo personal de búsqueda y asimilación… Pero como mencioné anteriormente esto
tampoco supone una desventaja, la clave consiste en transformar esos patrones,
servirse de ellos como medios de sensibilización y familiarización con la
literatura. Blogger, Fecebook y los ebooks
son la clave, si logramos esa transformación, si logramos que más y más
personas se interesen por la lectura habremos hecho mucho. Por ello insisto, el
principal reto para las editoriales independientes en el siglo XXI se llama
LECTURA.
Omar A. Chávez
Editor de Editorial EquiZZero
Editor de Editorial EquiZZero
1 http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/05/actualidad/1425556405_157290.html
2 http://equizzero.blogspot.com/2012/04/las-editoriales-independientes-y-los.html
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