viernes, 1 de junio de 2012

Un poema del libro "Dante" en la voz de Luis Alvarenga


II


«¿No socorres a aquel que te amó tanto,
y que por ti salió de la vulgar esfera?»
Inf., II

Recuerdo su nombre, el incienso de sus cartas;
su voz habla conmigo cuando
corro peligro de ser hombre,
es decir, cuando temo
arrojarme a las oscuras urbes.
Porque es su desnudez
la que me envía un pájaro
cuyo trino
me es bastón propicio,
íntimo sol,
nuevos ojos.
Y así, no importa la vecindad de los huesos; quiero decir:
se troza el canto
con la cobardía de ser hombre, y si estoy ciego,
cegado estoy con el color de un susurro de mujer.
Creo que soy otro: el que está partiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario