¿Qué lleva a una persona a escudriñar en el umbral de la sangre
y al mismo tiempo a agitar las fuerzas de su propia estirpe? Hay en esa pregunta
la imperiosa necesidad de ser oída y cantada y éste es el recurso que el poeta guatemalteco
Carlos Gerardo González utiliza para la construcción de Genealogías, ese denso follaje sobre el cual desfilan las historias
familiares que van a constituir la materia prima de sus poemas.
Genealogías es el
libro ganador del VI Certamen de Poesía Ipso Facto en su edición 2016 y sobre
el cual el jurado dijo: La búsqueda de
una afirmación en Genealogías es el pretexto con el que hilvana y estructura su
poemario, se descubre el empeño y la dedicación, sin embargo, no son esas las
virtudes que destaca el jurado, sino la fuerza y el empuje de sus versos en la
consolidación de una identidad.
Mostramos a ustedes estimados lectores un breve selección de
poemas de nuestro ganador.
Omar A. Chávez
Editorial
EquiZZEro
Selección poética
Poema 1: dos voces
La
luz del sol se cuela entre el follaje
una
niña voltea triste hacia fuera / hacia las cosas
donde
la cascabel baila
al
ritmo de su miedo.
En
el patio están el duende y
los
caminos.
Él susurrará
palabras de miel en sus tímpanos y
ella
resistirá.
Él
se quitará el sombrero para ocultar
su rostro y su capa para que los pies de
ella no toquen los charcos de las veredas, y lo
ignorará.
Ella
guarda su sombra adherida a la tristeza.
La
conozco del fruto hasta la celda que hoy habito
Es
mi madre y mi hija que ven en la distancia del encierro
Es
mi madre que desciende de la cruz que la habita
y
la convierte en el futuro de la hija que no habitará este mundo.
Es
mi madre y mi hija que me ven
mientras
paso
entre
dos estériles sonrisas y dos fuegos que se apagan sin remedio.
El
sonido no es necesario para el dolor del tiempo.
El
pánico del vacío toca su pelo como el viento que pasa.
Es
el sueño de una caricia que despierta del rumor de la nieve
con
una mano que afianza la tierra mientras camina.
Ella
sueña que despierta a tiempo. Que su hijo no cae.
Que
puede salvarlo del abismo negro de su pecho.
Juega
a penetrar su alma con la mirada franca
a salvarlo con palabras
oraciones que nacen en su vientre
y mueren en un lugar de mí que desconozco.
Juega
a que aún es tiempo.
Que
el amor de una niñez nueva la salva. Que aún es fértil.
Que
nacerá de sí otro hijo que sí se quedará.
Me descubro en el centro de una cruz cardinal.
Una rosa náutica señala cuatro puntos.
Una madre, un padre.
El pasado y un porvenir oscuro como la boca fangosa del
león.
Lo he visto
sus colmillos perforando el asfalto
su boca abierta y desconocida.
La ciudad que se avecina con rumores de tráfico y
cansancio.
Una fotografía de silencios cordiales para ver cómo
pierdo,
cómo me pierdo entre cuatro puntos de distancia.
Cómo me alejo de quien fui.
Ella
camina sobre el silencio noble del barro. Va descalza
por
las ramas secas de los limonares, sus espinas,
sus
pequeños insectos de palo
sus
pequeños hombres de palo quemados por la furia del agua / del milagro
sus
ejércitos de hojas en amarillo
para
sus pies frágiles.
Lleva
puesto el vestido de su madre
yo logré verla creer en algo hermoso
mientras
él asoma sus ojos tras los nombres de las cosas.
Es
mi madre y mi hija pálida como el vapor que oculta las ramas más altas.
Y
el peligro se avecina mientras me escondo en los arbustos.
Cuando
huye, encuentra con seguridad mis ojos abiertos
se
da cuenta de que temo
y
voltea su rostro hacia la niebla
que
la oculta.
Ella
sabe que no la seguiré.
Es
mi madre y mi hija
que
es y no será
se
despide ocultándose en la niebla absoluta de la muerte
mientras
me escondo temeroso
en la arboleda.
Genealogía
El
sol devasta el suelo de este desierto.
Un
hombre junta las piedras ensangrentadas del camino
Y
enciende un cirio de ternura que arde en la llanura de la lágrima.
El
sol devasta el silencio y el llanto.
Queda
una palabra jamás dicha
Una
herida de cielo en los ojos de la luz
Una
libélula que choca
y
no logra liberarse de la cárcel de las manos
que
despierta en hoteles sin nombre
en
las horas tenues de la madrugada
y
saborea el peligro de las calles
pobladas
de la risa de demonios
y
ríe sin saber por qué ríe
como
una raíz infértil amarrada a la tierra de la infancia.
Aquí no nacerá nada. Solo hombres hambrientos.
Y
un poema de distancia
crece
en la sangre
como
el musgo sobre las ruinas.
Genealogía
La
milagrosa travesía de los siglos
termina
con
la hija muerta.
Distancia
Detrás
de una sonrisa
ella
me espera
hilvanando
en su tregua
las
preguntas que me hará
sin
decirlas.
Padre
Un
río permanece solo. Como mi padre.
Esa
vez íbamos de viaje hacia algún sitio del
verano.
Hacía
calor y el carro era pequeño
(era
un Subaru viejo del 78).
Yo
miraba los dientes torcidos de mi hermana vieja
y
decía a papá cosas que a él no le importaban
mientras
él metía sus dedos gruesos dentro de mi boca
y
me sacaba el chicle que masticaba
para
tirarlo a ciento diez kilómetros por hora
sobre
la autopista.
Fue
la primera vez que me fijé en los dientes torcidos de mi hermana vieja
y
en el fracaso de mi padre
y
en el mío.
Quauhtlemallan city lights
Aquí
es más fácil olvidar. Es más difícil resistir.
No
se recuerdan las calles inmensas marcadas por el humo.
El
agua servida por los vecinos en las banquetas.
Tierra de bosques…
Un
poema para marcar la piel del olvido.
Carlos Gerardo González
El Progreso, Guatemala,1987. Ha
publicado cuentos, poemas y ensayos críticos sobre literatura en diversas antologías
y revistas, tanto en su país como de Hispanoamérica. Fue columnista permanente
de la revista electrónica Casi literal
de 2014 a 2016, ganador del Primer
Certamen de Cuentos El Palabrerista en 2014, promovido por el Proyecto
Editorial Los Zopilotes. En 2015 publicó el libro Música rara con Editorial Alambique. Estudió literatura por la
Universidad de San Carlos de Guatemala y se licenció en ingeniería química, por
la Universidad Rafael Landívar, de donde también obtuvo un grado de maestría en
filosofía.
Las bases afirman que es un poema por pagina. El "Poema1:dos voces" no alcanza en una, quizás en dos... ¿Entonces?
ResponderEliminarNo, lo que se limita es que vaya más de un poema por página, está claro, pero un poema puede extenderse lo que quiera, un solo poema puede abarcar 35 páginas y es válido. Se tomo a esta regla porque se tuvo personas que incluían hasta 4 poemas en una sola página, esto lo hacían al partir la página en dos columnas, y eso no podía ser así. Esperamos haber aclarado tu duda.
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