sábado, 14 de enero de 2017

Un cautivo relámpago ensordece los corazones, Leyla Patricia Quintana, Editorial EquiZZero, 2017.



La  poesía como noción de lo imperecedero    




Fue Jorge Luis Borges quien dijo en su poema Everness: Sólo una cosa no hay. Es el olvido. Y a nuestro juicio como Editorial EquiZZero es algo que no puede ni debe suceder con la poesía de Leyla Patricia Quintana (Amada Libertad). Nosotros, como quizás muchos jóvenes de nuestra generación, llegamos a Leyla  a través del trabajo infatigable de Argelia Quintana por promover no sólo la literatura sino también por conservar la memoria histórica de su hija, aquella joven guerrillera quien encontró en la poesía y la lucha armada un instrumento de liberación, una bandera a la cual asirse en las horas más duras del combate. Es por esta razón que rendimos tributo de la manera más humilde pero la única forma que consideramos deben ser recordados los poetas: por su trabajo.

En 1800 el poeta alemán Friedrich Hölderlin en su famoso poema Pan y vino formuló una pregunta acerca del compromiso y la acción poética: ¿para qué poetas en un tiempo de penuria?. Un siglo y medio después esta interrogante habría de encontrar una de las mejores respuestas a través del español Gabriel Celaya: 

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse…

Sería esta línea la que Leyla habría de seguir, mas no la única. Dentro del obituario poético de Leyla existen dos temas cardinales: el primero, como mencionábamos anteriormente, la militancia política, su compromiso hacia los más necesitados y cuya praxis se pone de manifiesto en el campo de batalla, en la trinchera, pero además en el papel; el segundo, y no menos importante, es el amor:

Tu camino perdió la dirección del mío
y a pesar de todo sé que me esperas
en la punta del delirio.

Como todo ser humano Leyla sufre y ama y a veces este sentimiento la encuentra recluida en la montaña, posiblemente este sea el momento para que ambos temas confluyan, para encontrar salida bajo el fuego o en sus horas de descanso:

Este invierno te dejó perdido
entre mi amar la vida
en donde embutí los deseos de escribir
por donde pasa la correntada de días
que inventarán una cucharadita
llena de poesías y pólvora.

Bajo esta lógica fueron seleccionados  cada uno de los poemas que conforman Un cautivo relámpago ensordece los corazones. Una recopilación que abarca 36 de los textos más representativos de Leyla, los cuales han sido divididos en dos partes a modo de facilitar su lectura y comprensión: Tengo una sed de vos y Mi tarjeta de presentación es la lucha, el título del libro es retomado de uno de los versos del poema Confesión, mismo que da inicio a este pequeño homenaje.

Omar A. Chávez
 Editorial EquiZZero
Sábado 14 de enero de 2017



Selección poética


Confesión

Una desoladora corriente de gritos
agita sus alas al compás de la historia.

Un cautivo relámpago ensordece los corazones
que hoy delatar sus sueños pretenden.



Despedida

En aquel día
nos trenzamos las miradas,
sabíamos que el viento de luto nos vestiría,
emanamos tres o cuatro caricias
mullidas por el silencioso coraje.

Tus manos frías y ardientes de valor,
mis pájaros  alzando el vuelvo
donde me rastrilló el olvido.

Tu camino perdió la dirección del mío
y a pesar de todo sé que me esperas
en la punta del delirio.



Este invierno
          
  (Por el invierno en que nos hechizamos)

Este invierno te dejó perdido.
Los caminos no te traen ni un aliento,
en las tormentas tu rostro
ya no se moja, se desprende;
los rayos no erizan tu piel,
se desvisten de esqueléticos recuerdos
y perfilan un esquirlante olvido.

Este invierno se olvidó de vos,
te dejó perdido entre los muertos,
la brisa de huracanada lluvia
no trepara tu faz tan bella
y en tu mente hambrientos
deseos de ver el cielo
tendrán que respirar tierra sin tempestad.

Este invierno no te quiso traer,
te dejó perdido entre mis recuerdos
sobre el escritorio donde mi angustia
se arrima para leer un poco de tu cadáver
y escribir en él, llanto que mi ser cobija.

Este invierno te dejó perdido
entre mi amar la vida
en donde embutí los deseos de escribir
por donde pasa la correntada de días
que inventarán una cucharadita
llena de poesías y pólvora.

Este invierno… ¡Cosechará mi muerte!



Por vos

Llegué a la hora en que nuestra magia creadora
desató los sueños reprimidos del hambriento
para forjar una arcilla en el germen sembrado
al calor de la decisión inquebrantable
por correr y volar…   



Curiculum vitae

Mi tarjeta de presentación es la lucha,
mi título: el sacrificio que goteamos
en cada canto.

No procuro un cartón que dibuje fielmente
y en letras de sacrificio
un puñado de avaricias desgreñando mi nombre,
ni tampoco espero un retablo
en la pared de la hipocresía
donde una simple y forzada sonrisa
pinte mi humillante rostro.

Lo que quiero es anunciar mi fatiga
que por la vida espera sacar a flote
la aguerrida bandera que encierra a la esperanza,
y si no puedo librar mi indignación de la serpiente
trenzaré valores y anidaré tempestades
para que en ellas muera.      



Poemas dedicados a Amílcar Colocho

X

Te advierto que en el preciso momento
en que decidás naufragar
moveré espacios y calores
para corretear al apresurado mar
y ahondar los estallidos de Amor
que nos enlazarán
a pesar que la música de tu corazón
ha dejado de palpitar.                      



Fuera de serie 

                 A Mae

Sabe…
Arrímese al radio y oiga la noticia,
salga a la puerta y vea la calle
ahí donde sufre más mi pueblo.

Vaya al “Centro”,
salpique la ventana del maniquí
y vea el sufrimiento, el sacrificio,
el desgarro de la humanidad.

Hoy sí, puede llorar
sin pena, pues no es por mí.
Es por la indignación que late dentro de su conciencia.

Ahora sí.
Soy su hija, su prima, su hermana,
su amiga y compañera.



Lo que dejo

A vos:
los nietos de los hijos que nunca
pude engendrar,
mis zapatos agujereados porque
nunca amanecieron.
El coraje que mi fe en vos mantiene
el brillo en la almohada de la esperanza,
la marcha que no pude entretener
porque un cincel de oscuridad me acorralaba.
La casa de mi locura donde dejo
las furiosas letanías de tu vientre.
Y finalmente mis caminos
en ellos encontraras regada la madrugada,
un sinfín de cabellos bañados en la mirada
por un rayito de sol que en mi balcón asoma.



Noviembre

El calendario de mi valor embute en el recuerdo
días pintados de sangre, angustia y dolor.

Las acuarelas que ensordecieron los gritos
estallan en la frente de mi pueblo.

Todos lo sabemos, nadie lo divulga:
la mordaza pasa su cuenta,
torturando a la verdad se encuentra.

Furia incontenible empapa la conciencia de la humanidad
y millones de esquirlas sedientas de libertad
penetran en las entrañas que parirán
la tan anhelada Paz.                         




  
Leyla Patricia Quintana 
(Amada Libertad)

Santa Tecla, 2 de abril de 1970. Realiza sus estudios en el colegio Maria Inmaculada de San Salvador. Inicio estudios de periodismo en la Universidad de El Salvador en 1987.  Leyla cayó en combate en el Volcán de San Salvador, el 11 de julio de 1991.

Entre sus premios destaca la Mención Honorífica en el Certamen Wang Interdatada 1990 con el poemario Vertiendo en Papel Guerra un Poco de Mala Ortografía. En 1991se le otorga el Primer Lugar compartido por Locuras y Garabatos en el Certamen Femenino "Dra. Matilde Elena López'' promovido por ORMUSA. El 28 de Septiembre de 2000 EL COM y LAS DIGNAS le otorgan diploma de Reconocimiento (post-morten), como mujer destacada del siglo XX.       


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